Alojamiento para el Camino de Santiago


Miles de personas realizan cada año el Camino de Santiago, una dura peregrinación que puede realizarse de múltiples maneras (a pie o en bicicleta, por ejemplo) y en la que prácticamente no tendremos tiempo más que de echar un vistazo a las preciosas rutas del camino y el paisaje colindante y de descansar todo lo posible durante la noche.

El camino francés, el aragonés, el vasco, el primitivo… Escojas la ruta que escojas, en tu peregrinación encontrarás un montón de opciones de alojamiento que debes valorar incluso antes de ponerte en marcha.

Si este año por fin te has animado a hacerlo echa un vistazo a lo que te contamos a continuación:

Albergues y refugios: Son la mejor opción para los peregrinos que sencillamente quieren asearse y descansar, aunque por supuesto no podrás permitirte el lujo de contar con una habitación para ti solo sino que tendrás que compartirla con otras personas (probablemente desconocidos). Generalmente subvencionados por la Xunta de Galicia, estos hoteles tienen un precio de entre 5 y 8 euros por persona y noche y precisamente por eso suelen estar abarrotados… En Consumer Eroski (caminodesantiago.consumer.es) puedes encontrar una buena guía de albergues en función del camino que hayas decidido tomar.

Hoteles: No estaría de más que te tomases alguna que otra noche de ‘lujo’ en estas duras vacaciones, lo que para nada significa que debas alojarte en un cinco estrellas que ni siquiera vas a aprovechar. En webs de reservas hoteleras como Rumbo puedes consultar las tarifas aproximadas y la puntuación de un montón de hoteles específicamente ubicados en las zonas del Camino de Santiago; por cierto, no olvides hacer tus reservas online incluso en el mismo día, pues muy probablemente los encuentres más baratos.

Hostales: Es una opción muy similar a la anterior pero con menos lujos y unos precios a menudo bastante más económicos.
A pesar de que te recomendamos echar un vistazo y seleccionar tus establecimientos antes de partir no es aconsejable realizar una reserva previa… ¡Es imposible asegurar que llegarás a tu destino exactamente el día que habías previsto!

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