Seguramente te cueste llegar por ti solo a este hotel, y es que no debe ser fácil preguntar por el 2-1-1 de Nihonbashi Muromachi. Sin embargo, el esfuerzo habrá valido la pena: en el hotel Mandarin Oriental Tokio te deleitarás con las espectaculares vistas sobre la ciudad y con un diseño a la altura de los mejores hoteles de ésta.
Su estilo clásico contemporáneo conquista a cualquiera, especialmente si ha visitado otros hoteles de la cadena hotelera Mandarin en los que no suele predominar este estilo. Lo consigue con una decoración algo sobria y conservadora, una estética que, sea dicho, encaja perfectamente con el barrio de negocios en el que se sitúa el hotel, Nihonbashi.
Pero si hay algo que impresiona hasta a los más valientes son las increíbles vistas que se aprecian desde prácticamente todos los recintos del hotel, situado en la trigésimo octava planta del edificio, una cifra que también impresiona a más de uno.
Las habitaciones del Mandarin Oriental Tokio poseen un estilo muy elegante en el que predominan unos grandes ventanales, casi del tamaño de la propia pared, desde los que podrás contemplar la ciudad de noche, cuando te tumbes en la cama para relajarte y dormir, y a la luz del día nada más abrir los ojos por la mañana. Tranquilidad los más reservados, ¡que estas ventanas tienen cortinas, por supuesto!
Pese a la sofisticación que caracteriza a los dormitorios, éstos no dejan de lado la funcionalidad y ofrecen enormes televisores de pantalla plana de 45 pulgadas e increíbles cuartos de baño que te harán reflexionar cómo debe de ser, entonces, el spa del hotel.
Tampoco te dejará indiferente la oferta culinaria del hotel, que ofrece diferentes restaurantes de gastronomía variada, entre los que se encuentran el ‘Signature’, de cocina típicamente francesa o ‘Molecular Bar’, en el que catarás deliciosas tapas.
Pasar una noche en este increíble hotel cuesta unos 335 euros, una cifra que, lamentablemente, no está a la altura de todos los bolsillos.