En Hotelesia hemos hablado en numerosas ocasiones de los hoteles más peculiares, peregrinos y extraños que hay en el mundo. Desde un hotel con forma de montaña hasta otro hecho con piezas de Lego, la inventiva y originalidad de los constructores y promotores de hoteles parece no tener fin… Así que intentaremos seguir conociendo los alojamientos más curiosos del planeta.
El que hoy nos ocupa tiene el honor de haber sido premiado en varias ocasiones como uno de los más insólitos de América y de todo el mundo. Su nombre es Palacio de Sal, está en Bolivia y, como su nombre indica, está hecho… de sal.
Sal al cien por cien
Lo más curioso es que en este hotel todo es de sal: desde las paredes hasta los muebles (supongo que las sábanas y toallas se librarán). También lo son los techos y los adornos. El hotel Palacio de Sal se encuentra, como no podía ser de otra manera, en un lugar de Bolivia conocido como el Salar de Uyuni (Potosí)y que antaño se llamaba Salar de Thunupa. Este impresionante enclave se halla a 3660 metros sobre el nivel del mar, y su lámina de sal es la más grande del mundo vista desde el espacio (su extensión es de nada menos que 12000 kilómetros cuadrados).
En un paraje impresionante
El hotel data de 1998 y fue impulsado por Juan Quesada Valda. La idea de este particular visionario era edificar un hotel íntegramente realizado con sal, sostenible y en equilibrio con la naturaleza y con el entorno que lo rodea. Si al principio estaba situado en pleno salar, hoy día se ha trasladado (en el año 2004, concretamente) a las orillas de éste para proporcionar mayor comodidad a sus clientes. El hotel tiene 16 habitaciones de curiosa estructura: tienen forma de iglús construidos con bloques de sal. Atención al comedor, con sus mesas y sillas también de sal, y cuya especialidad es… ¡El pollo a la sal!