La noche de Halloween es una noche en la cual lo principal es pasar miedo, aunque sin llegar a un extremo demasiado terrorífico. Una buena idea es la de organizar una fiesta en casa a la que puedan acudir todos los amigos, pero por desgracia eso no siempre es posible. Ya sea por el tema de la disponibilidad o por la ambientación, muchas veces uno tiene que renunciar a pasarla como Dios manda. Afortunadamente, hay una opción muy interesante que consiste en pasar la noche en uno de esos hoteles que parece que han sido utilizados para grabar alguna película de miedo. De hecho, algunos han ofrecido sus servicios a prestigiosas productoras.
En Los Ángeles podemos toparnos con el famoso hotel Queen Mary, un barco fantasma que atracó en 1967 y que esconde muchas historias de fantasmas que es mejor no conocer. Dicen que el hotel aloja las almas de dos huéspedes que se ahogaron en la piscina, el fantasma de una mujer vestida de blanco que va dando vueltas, los gritos de un joven marinero que murió en la sala de máquinas y los chillidos desesperados de un cocinero que murió incinerado en la cocina. Lo creas o no, te aseguro que da miedo si te lo cuentan allí.
En Florencia podemos encontrar otro de esos hoteles. En este caso es el Ostello Sette Santi, un antiguo convento de Toscana en el que dicen que se envenenaba a los Borgia. De igual forma, en Canadá está el HI-Otawa Jail, ubicado en una antigua cárcel que estuvo en funcionamiento durante más de 100 años. De hecho, allí se produjo el último ahorcamiento público de Canadá, en el año 1869. Dicen que el fantasma de Patrick James Whelan, la víctima, todavía está por allí molestando.
Finalmente hay que mencionar el Carbisdle Castle (en imágenes), un hostal escocés que da mucho miedo. Está ubicado en un lugar muy rocoso y es el típico edificio que se ve en las películas de terror. Está decorado para la ocasión y se rumorea que una mujer vestida de blanco (la viuda Duquesa de Shuterland) acompaña el sonido de la gaita con sus gemidos. Dicen que su alma no descansa en paz. ¿Te atreves a comprobarlo?