Si entras por primera vez a este hotel creerás que te has colado en algún museo parisino. En un momento en el que la mayoría de los hoteles buscan definirse dentro de un estilo moderno, clásico e incluso zen, la originalidad de L’Hôtel, en París, radica en su clasicismo extremo. Sin embargo, no cabe duda alguna de que no habrás visto nunca nada igual.
La personalidad de este hotel es lo que nos invita a entrar en él. A primera vista su ornamentación, con paredes completamente forradas por tapices clásicos, cuadros y un exceso de detalles en dorado, puede resultar algo cargante y clásica. Sin embargo, cada paso que des en él te mostrará rincones increíbles, más encantadores a medida que los descubres.
Uno de los más espectaculares es la recepción, donde nos espera una gran escalera de caracol central que nos llevará a las habitaciones, y una bóveda de cristal en el techo.
A través de ella llegaremos a las habitaciones, las principales protagonistas del hotel. Cada una de ellas tiene una decoración distinta, pensadas para conseguir cada una de ellas un ambiente distinto. Desde el estilo barroco italiano de la estancia llamada Barroco hasta la decoración antigua japonesa de la Pagode, y pasando por la Léopard, revestida con telas de leopardo. A pesar de la gran competencia, la gran favorita es la Oscar Wilde, de estilo tradicional inglés, y que recrea parte del comedor londinense del célebre escritor y que reviste sus paredes con múltiples enmarcaciones en las que el hotel pidió a Wilde que saldara su deuda.
No, el hotel no dispone de grandes piscinas climatizadas o increíbles vistas sobre la ciudad, aunque te permite disfrutar de su coqueta piscina al más puro estilo de los baños romanos, y de una gastronomía exquisita en ‘Le Restaurant’, donde probarás las mejores delicias parisinas.
L’Hôtel se encuentra en el barrio de Saint Germain-des-Prés, al margen izquierdo del Sena, y disfruta del animado ambiente parisino de cafés, galerías y boutiques, así como de una excelente ubicación para llegar a los principales atractivos de la capital francesa. En definitiva, un hotel extraordinario, con una gran personalidad y lleno de vida.