Si quieres pasar unos días en un hotel original y divertido no dudes en ir al Semiramis, en Atenas (Grecia), un hotel que rompe con todo para distinguirse del resto de hoteles de la ciudad y, me atrevería a decir, de la mayoría de hoteles europeos fabricados en cadena.
Es totalmente distinto a los típicos hoteles sofisticados que tanto abundan hoy en día, y no porque no tenga como ellos todo tipo de comodidades y servicios, sino porque desprende una vitalidad y una personalidad arrebatadora, muy alejada de la frialdad de otros.
Lo que más te gustará serán la originalidad de los colores fosforitos que se encuentran tanto en el exterior como en el interior del hotel, uno de los principales elementos del diseño del Semiramis, que emplea en él una visión industrial y contemporánea que roza incluso al futurismo.
Este hotel boutique de lujo transmite alegría a todo el que entra en él, y es que cualquiera de sus rincones es una explosión de color en la que se cuida hasta el más mínimo detalle, con gran variedad de materiales y formas en muebles, suelos, paredes o en cualquier elemento de decoración de sus 51 habitacones, su restaurante o sus zonas comunes.
Sin embargo, la perfección es un ideal difícil de conseguir. A pesar de su categoría, el hotel se encuentra al norte, en las afueras de la ciudad, en un barrio alto llamado Kifissia. Por ello, este hotel no es el más indicado para instalarse si lo que queremos es hacer turismo en la ciudad, sino para relajarse, pasear por la pequeña y tranquila zona de ocio cercana al hotel, disfrutar de las obras de arte de la colección del propietario y renovarse con los tratamientos del Spa.
El precio medio es de unos 170 euros por estancia.
En definitiva, un hotel de diseño espectacular que no dejará a nadie indiferente.